Discusión sobre el genocidio económico en Argentina
El presidente Javier Milei, en un reciente discurso, acusó a la oposición de promover proyectos de ley sin financiamiento, que incluyen aumentos a las jubilaciones, emergencias sanitarias y mayores recursos para universidades. Estos proyectos, según Milei, incrementarían el déficit fiscal en un 2,5%, lo que llevó a su uso del término genocidio para describir las acciones de la oposición. Además, anunció una instrucción al Ministerio de Economía para prohibir el financiamiento del déficit a través de emisión monetaria.
La utilización del término genocidio ha generado controversia, ya que su banalización representa un retroceso en el discurso institucional. Es esencial reconocer que la perpetuación de malas políticas económicas puede tener consecuencias severas, afectando de manera profunda a amplios sectores sociales, tanto a los medios como a los más carenciados.

Críticas a la gestión fiscal y económica
Las críticas hacia la gestión de Milei no se limitan a sus declaraciones. En su discurso, se observa una sobrestimación del costo fiscal de las medidas propuestas. La Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) ha estimado que el costo fiscal de las leyes sancionadas y de los proyectos con media sanción es de solo 0,39%, con diversas fuentes de financiamiento, incluyendo la reducción de exenciones impositivas y otros ingresos.
El impacto de la falta de inversión pública
Una de las críticas fundamentales es que el gobierno está adoptando una visión reduccionista al considerar la política fiscal como un objetivo en lugar de un instrumento. Se sostiene que no se puede gobernar un país gestionando solo planillas de cálculo; la inversión en salud, educación e infraestructura es crucial para generar valor y bienestar social.
Consecuencias del ajuste fiscal
El ajuste fiscal que se está implementando tiene un alto costo en términos de infraestructura y desarrollo social. El gasto público no debe confundirse con la inversión pública. Las decisiones de recortar gastos en áreas esenciales como educación y salud están destruyendo capital humano, lo que a largo plazo afecta el crecimiento económico.
El dilema del déficit externo
El gobierno insiste en que la clave del éxito económico radica en la responsabilidad fiscal, pero minimiza el grave desequilibrio externo que enfrenta el país. La experiencia de crisis anteriores, tanto en Argentina como en otros países, demuestra que un déficit en el sector externo puede ser más perjudicial que el déficit fiscal.
Alternativas para el crecimiento y la equidad
Para abordar la crisis, es fundamental discutir un proyecto de desarrollo económico y social que permita a Argentina generar las divisas necesarias y evitar la restricción externa. Es hora de replantear la estructura de impuestos y el gasto público para mejorar la eficiencia y la equidad en el país.
La importancia del diálogo político
Finalmente, es esencial que el gobierno desista de imponer una agenda y fomente un diálogo abierto con la oposición y los sectores sociales. Solo a través de un amplio acuerdo que garantice reglas del juego estables se podrá generar un crecimiento sustentable y reducir la desigualdad.
El desafío radica en la capacidad del gobierno de convocar a un consenso político y social que permita revertir la crisis actual. Es la falta de diálogo y la imposición de políticas económicas rígidas las que están llevando al país hacia un virtual genocidio económico y social.